Desde pequeños, ya pensamos en tener nuestro propio hogar.
¿Nunca os preguntásteis por qué a los niños les encanta jugar con una casa de cartón? Meterse dentro de su casa supone para ellos una experiencia excitante.
Esta casa de juguete permite un paralelismo con la realidad: si quieres una casa, te lo tienes que currar. Así que los niños que quieran tener su propio hogar, tendrán que trabajar, como en la vida real.
Una perfecta simbiosis entre diseño y ecología que estimulará la mente de niños, niñas y mayores.
El juego no solo es una actividad recreativa, sienta los precedentes para una madurez sana y una conducta social óptima. El niño aprende y adquiere en su edad temprana la asimilación, la comprensión de la realidad a la que tendrán que acostumbrarse. Desarrollan su imaginación y creatividad. Juegan a mamas, papas, superhéroes, médicos … dejan volar su imaginación creando las historias mas fascinantes.
Todas esas historias y fantasías son una manera de imitarnos a nosotros, a los padres en nuestra propia casa, grande o pequeña, lujosa o sencilla pero nuestra. Hogar que compartimos con los que más queremos, en el que disfrutamos de los momentos más felices, donde creamos un «refugio»…lugar donde se siente seguridad y «calma».
¿Alguna vez jugasteis dentro de una casa de cartón? yo sí.