Con la llegada del verano y las altas temperaturas, es muy habitual ver las calles de la ciudad llenas de terrazas con gente disfrutando de una cerveza bien fría.
Estos cambios tienen la habilidad de modificar algunos de nuestros hábitos como la comida, la ropa, y como no la cerveza que está constituida en un 92% por agua. Es rica en potasio, fósforo y antioxidantes gracias al lúpulo y la cebada entre sus ingredientes.
Debido a los calores del verano debemos de mantener nuestro cuerpo bien hidratado e incrementar el consumo de líquidos para evitar males mayores y la cerveza se perfila como opción mas destacada junto al agua, zumos y frutas.
Se ha demostrado que la cerveza posee otras cualidades como la capacidad de prevenir enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Dicen quienes entienden de cervezas que prácticamente hay tantas variedades de dicha bebida como cerveceros en el mundo. Se pueden clasificar en función del tipo de fermentación a la que es sometida.
. Cervezas de baja fermentación
Llamadas Lager, (su nombre significa “almacén” en alemán, lugar donde se guardaban para mantenerlas frescas) fermentan a temperaturas bajas (0º a 4º), suelen ser ligeras, espumosas, suaves y de color amarillo o negro.
Existen muchos tipo de cerveza lager. Por ejemplo:
Pilsen: clara, ligera, refrescante (es el tipo más extendido en España).
Munich: color mas oscuro y sabor de malta.
Viena: bien mas dulce y de color rojizo.
. Cervezas de alta fermentación
Son aquellas cervezas que fermentan a temperatura superiores a las anteriores (hasta 24º). Suelen ser muy aromáticas, con cuerpo y sabor muy marcado. Podemos distinguir:
Stout: Negra, cremosa, amarga y ácida. Depende de su elaboración pueden ser secas o dulces.
Poter: Ligera, tostada o negra.
También estarían las cervezas de fermentación espontánea realizada mediante cepas salvajes de levadura.
¡ Y es que el verano es ideal para degustar una cerveza rubia, ligera y refrescante !