Carnaval…
Si por algo merecen la pena estas fiestas es porque nos transporta a un mundo de fantasía, lleno de color, de ilusión y de alegría… eso que en estos tiempos que corren es tan necesario para curar al mundo que padece la agonía gris de esta interminable crisis.
En el fin de semana, y a pesar del frío, por las mañanas pudimos disfrutar de la fantasía de nuestros pequeños, disfrazados de peces, erizos, payasos, chuches y salseros, demostrando su arte en el
Teatro Jovellanos, y en el
desfile infantil por las calles de
Gijón; y por las tardes de la originalidad y picardía de las
charangas, agrupaciones dedicadas y entregadas con humor y picardía a parodiar la realidad que vivimos.
Con un cariño especial, dedicamos este post a un grupo con el que no sentimos vinculados desde hace ya años en la aportación para la revista que realizan para la difusión del carnaval:
Os Brasileiros do Xixón son la agrupación más veterana del
carnaval gijonés. Esta charanga sigue siendo fiel a la cita con el
Antroxu sin faltar desde hace 26 años. Desde entonces son fieles al concepto surgido para la primera edición, manteniendo la samba, los volantes, lentejuelas y plumas como sus rasgos distintivos. Pero a pesar de ser fieles a la tradición, el diseño y los colores ponen cada año la nota distintiva. Así,
Os Brasileiros do Xixón han estado preparando desde marzo un disfraz «con el que esperan sorprender y gustar». Y es que, la concepción del disfraz y la preparación de la actuación lleva mucho trabajo y tiempo. A lo largo de su historia la
charanga, establecida en el barrio de
Cimadevilla, ha conseguido galardones de toda índole.
¡¡Muchas gracias por mantener viva la ilusión y por alegrarnos estos días, a pesar del mal tiempo!!