Alquilar piso y convertirse en un inquilino 10

La opción de alquilar vivienda, era hasta no hace muchos años menos habitual, pero hoy en día se ha convertido en una posibilidad a contemplar para todos aquellos que no pueden o no quieren hacer frente a una compra.

Si ese es tu caso, te ofrecemos unas sencillas pautas para hacer de tu hogar un lugar donde se desarrolle una de las mejores experiencias de tu vida.

En primer lugar, habla con una agencia inmobiliaria de confianza. Nosotros podemos ayudarte: cuéntanos tus necesidades y tu presupuesto. Con nuestra experiencia en el mercado, será mucho más sencillo llegar a un acuerdo con propietarios que desean alquilar sus inmuebles a medio o largo plazo. Podrás tener una estancia tranquila y sin sobresaltos en tu futuro hogar.

El casero no es el enemigo, aunque gracias al cine y a experiencias que hayamos vivido o nos hayan contado pueda parecerte lo contrario. Recuerda que ambas partes podéis beneficiaros con este acuerdo y que, básicamente, te pedirá solo dos cosas a cambio: un cuidado responsable de la vivienda y que seas formal en los pagos.

Antes de firmar debe hacerse un repaso de la vivienda fijándonos en posibles desperfectos que aún pudieran quedar por resolver. Esto es importante por dos motivos: para no hacerse cargo de los que no hayas ocasionado y porque algunos serán fácilmente subsanables por parte del casero, evitando así malentendidos.

Haz un listado de lo que aporta cada uno en caso de que tú aportes algún mueble o algún elemento decorativo. Si incluyes fotos con todos los detalles de la disposición final, el comienzo será de nota.

Establece para tu orden personal un calendario de limpieza realista que tenga en cuenta los horarios de los que dispones y las tareas imprescindibles de mayor a menor importancia para que sea más fácil cumplirlo. La falta de organización y limpieza cansan psicológicamente, así que donde hay limpieza… hay alegría.

Controla los gastos y la seguridad. Puertas de entrada bien cerradas; luces de bajo consumo apagadas cuando no se necesiten; no malgastar en calefacción… Detalles simples que ahorrarán más un disgusto en los recibos y te permitirán darte algún que otro capricho.

La cocina, el salón y los baños suelen ser las zonas comunes de la casa. Si dispones de estantes o almacenaje será mucho más fácil controlar existencias y saber en todo momento lo que está a tu disposición.

Tu casa se convertirá en tu pequeño reino (o república). Hoy día dispones de recursos fáciles y económicos para dotarla personalidad: textiles para ropa de cama, cojines y cortinas; washi tape para decorar, o adhesivos que no dejan huella para colgar láminas o pequeñas estanterías sin estropear las paredes… Las luces de navidad cobran vida durante todo el año y obran milagros a la hora de crear rincones y atmósferas diferentes.

Las fiestas y las visitas, siempre con cordura, para que tu casa no se convierta en el camarote de los hermanos Marx. Usar cascos para escuchar música o ver la televisión evitará que molestes a los vecinos. Si les pica la curiosidad o se animan a escuchar también, te lo harán saber.

Habla si surge algún problema. La mayoría de incidencias son fácilmente subsanables, por lo que hablando directamente evitarás fomentar malentendidos y será mucho más fácil llegar a acuerdos consensuados.

Sobra decir que un piso no es, normalmente, el lugar ideal para almacenar joyas o grandes cantidades de dinero. Los seguros obligatorios contratados por los propietarios no suelen cubrir los bienes de los inquilinos y no se trata de poner a nadie a prueba, sino de ser práctico y consecuente.

Siguiendo unos pasos tan fáciles como estos tendrás muchas más posibilidades de entrar con buen pie en el mundo del alquiler. ¡Bienvenido/a a esta nueva etapa de tu vida!

Únete a la discusión

Comparar listados

Comparar